La correa de distribución es el elemento de un motor de combustión interna que sincroniza la rotación del cigüeñal y del árbol de levas. Su objetivo es permitir el cierre y apertura de válvulas del motor en el momento adecuado durante el proceso de admisión y escape de cada cilindro. Al igual que otros componentes como el embrague o el volante bimasa, la correa de distribución también necesita ser sustituida con el paso del tiempo y de los kilómetros.
De hecho, la correa de distribución es una de las averías más frecuentas –y más caras– que sufren los automóviles. Puede darse el caso de que se rompa “por sorpresa”, es decir, sin haber dado señales de mal funcionamiento. Sin embargo, este hecho es un rara avis, y en la mayoría de los casos es un problema evitable siempre y cuando prestemos atención a cualquier ruido extraño y/o comportamiento atípico de la misma. Aunque no por ello hay que olvidarse su ciclo de vida útil y su sustitución a tiempo.